Harry Potter y las Reliquias de la muerte continua en el punto exacto donde dejamos al protagonista en su última aventura. Enterrando a sus amigos y preparándose para una nueva batalla. Esa calma antes de la tempestad que envolvía toda la primera parte continua los minutos iniciales creando la atmósfera perfecta para la batalla final entre nuestro héroe y Lord Voldemort. Y todo se sucede con cambios de ritmo, seguimos la historia aunque esta a veces nos deje de lado y los que han leído el libro rellenan los espacios en blanco que deja un mediocre guión mientras que el resto levantamos una ceja. Y el encuentro llega, la batalla da lo que promete y todo sigue hasta llega a un tierno final. Las luces se apagan. Ya no veremos más al famoso mago de Hogwarts. ¿Y después que?
Pues después piensas que tras siete películas de recaudaciones millonarias y seis libros que han corrido la misma suerte te queda el agridulce sabor de boca de que han vuelto a cometer los mismos errores. De que el producto como producto es bueno, sí, pero no antológico. Que las nuevas generaciones la olvidaran rápido porque estos productos de usar y tirar es lo que tienen, que cuando no se cuidan se olvidan por el nuevo fenómeno fan.
Harry Potter y las reliquias de la muerte da lo que promete pero tiene muchos "peros". Esos "peros" que los más fanáticos deciden enterrar en el cajón de las mentiras a uno mismo (al lado del armario del "esta será la última vez") y que a los profanos nos impide ver más allá del bosque. Me he leído los cinco libros dejando el último para un experimento. Disfrutar de la experiencia cinematográfica sin saber que va a pasar. Y lo que pasa es que el guión adolece de huecos vacios, rellenados inconscientemente por los lectores. En mi caso tenía a una "friki/fan" a mi izquierda que me explicaba todo aquello en lo que me perdía y al que yo le respondia con un : "ah claro, asi sí". Pero entonces no hablamos de adaptación, sino mas bien gymkana fílmica en la que los que saben las pistas pueden continuar.
Pero como decía da lo que promete. Una buena batalla, destrucción por doquier, muerte de personajes queridos y respuestas a preguntas que estaban en el aire. Y de nuevo aparecen esos "peros" Y es que sea por la prisa por estrenar, el crecimiento en los actores jóvenes o la ganas de pillar el cheque, son esos momentos en los que la película debería ganar puntos y alojarse en el corazón. Y no lo consigue por una falta de épica inexplicable. Las prisas no permiten que nos detengamos en escenas esenciales. No deja que la música suene con fuerza y te de ese pellizco que hace falta. Una pena porque la historia daba para eso y mucho más.
David Yates trabaja con oficio pero no nos regala ninguna escena antológica. No nos deja nada para el recuerdo. Son de esa lista de directores que trabajan bien, rápido y cumplen con el expediente (como Collet-Serra ). Y ojo que no lo critico, ojala yo pudiera a llegar a ser una sexta parte de lo que son ellos, pero es cierto que en la saga solo será recordado Cuaron por hacer la mejor de todas y dejándole su sello. A destacar la fotografía de Eduardo Sierra muy oscura, con tonos grises y verdes que envuelve a la historia en esa batalla final entre el bien y el mal.
Hay gente que no entiende como el protagonista más pasivo de la historia del cine ( lo primero que te enseñan en las escuelas de guión es que el protagonista tiene que ser activo, hacer cosas y no abusar que otros lo hagan por él) y un extenso manual de todo tipo de DEUS EX MACHINA ( la de veces que Hermion casualmente encuentra en un libro el hechizo apropiado, por no hablar de la cuarta película que lo consiguen todo haciendo trampas) haya podido tener tanto éxito. Quizás sea esa otra cosa que hace que las películas funcione.No seáis mal pensado, no es el dinero y la publicidad, me refería a la magia del cine.
Al menos esta última entretiene, cosa que en los días que corren no es fácil encontrar, siempre y cuando claro, nos olvidemos de los "peros".
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